sábado, 5 de septiembre de 2009

LA MEMORIA HISTORICA Cheka, ЧК - чрезвычáйная комиссия, Chrezvicháinaya Komissia,GUERRA CIVIL ESPAÑOLA EN VALENCIA






HOLA A TODOS DE NUEVO:
DESPUES DE UN VIAJE DE TRABAJO CONTINUO Y LES PIDO PERDON POR MI AUSENCIA,PERO EL ACCESO A INTERNET ESTABA UN POCO DIFICIL.
CHEKA
Checa

La checa era una institución soviética al servicio del terror y de la represión política. Verdaderos centros de tortura, asesinato y violación de los derechos humanos, que durante la guerra disponían los milicianos de partidos y sindicatos de izquierda, sobre todo en las grandes capitales, en el que se encerraba y torturaba sistemáticamente a personas de derechas, católicas o simplemente sospechosas.



STALIN
Stalin. Iósiv Zissariónovich Dzugahsvihli
Nacionalidad: Unión Soviética
Georgi 1879 - Moscú 1953
Secretario General 1924 - 1953

Nacido en el seno de una pobre familia georgiana, su infancia la vivió en un ambiente de miseria, suciedad y analfabetismo, en medio de frecuentes palizas de su alcoholizado padre. Su madre, sirvienta, aportaba escasos recursos económicos con la esperanza de que el joven Iósiv pudiera ingresar en el seminario y ser sacerdote, una de las escasas salidas a la pobreza. Así sucedió cuando cumplió los catorce años, gracias a una beca, ingresando en el Seminario de Tbilisi, donde llevará una vida austera y dedicada al estudio. Sin embargo, poco antes de cumplir los veinte años será expulsado del seminario, pues ya constan sus actividades en el seno de un grupo socialista.
Previamente a la Revolución Rusa, en la que tomará parte de manera muy activa, recorre Rusia de manera clandestina organizando actos en contra del régimen del zar Nicolás II. Ello le obliga a moverse en la clandestinidad, ocultándose bajo distintas identidades, hasta que es apresado y deportado a Siberia. Tras huir de su destierro, se reincorpora a las filas revolucionarias, distribuyendo panfletos y organizando huelgas en contra del poder establecido.
Poco más tarde es elevado a la dirección del periódico del partido, Pravda, desde donde continúa con sus actividades de dirección de los bolcheviques, preparando la llegada de Lenin a Petrogrado. Reconocido entre las filas comunistas, en 1922 logra ser nombrado Secretario General del Partido, cargo que aprovecha para manejar los hilos del poder y colocar a seguidores suyos a lo largo de todo el territorio ruso y al frente de los diversos grupos que lo integran. De esta manera se asegura los apoyos suficientes para suceder a Lenin cuando éste abandone la política activa, lo que ocurrirá en 1924. Sus ansias de poder le llevan a ocultar la existencia de un documento redactado por el propio Lenin en el que solicita que Stalin, al que tiene por hombre ambicioso y sin escrúpulos, sea apartado del poder y no pueda postularse como su sucesor. Conseguido el poder, el siguiente paso de Stalin fue realizar una purga entre aquellos dirigentes que pudieran hacerle sombra o discutir sus decisiones. Su mayor víctima fue Trotski, dirigente histórico y creador del Ejército Rojo, a quien obligó a exiliarse en México y quien más tarde resultaría asesinado, por ser una pieza "incómoda" para el gobierno de Stalin.
Como máximo dirigente de la Unión Soviética, desarrolló la teoría del "socialismo en un solo país", identificando al comunismo con la URSS, y dictó el primer Plan Quinquenal, para impulsar la industrialización, con la finalidad de aumentar la productividad y convertir a Rusia, país eminentemente agrícola, en una potencia industrial y autosuficiente. Al mismo tiempo, impuso por la fuerza la colectivización del campo, desarrollando una política de terror entre los campesinos que incluyó deportaciones masivas, traslado de pueblos y ejecuciones. En respuesta, muchos campesinas quemaron sus cosechas para evitar la incautación del Estado, pero la política del gobierno acabó imponiéndose.
La industrialización a ultranza, provocada por el deseo de Stalin de sacar a Rusia de un atraso económico de varias décadas con respecto a las grandes potencias occidentales, y de paso demostrar la validez de las teorías comunistas, supuso la construcción en la década de los 30 de un sinnúmero de grandes fábricas, altos hornos y refinerías de petróleo. El objetivo era incrementar año tras año la producción, no sólo cumpliendo sino aun superando los Planes Quinquenales fijados desde el gobierno. La productividad se premiaba y fomentaba desde los cargos que dirigían las fábricas, dando lugar a un modo de producción denominado "stajanovismo", pues un obrero, Stajanov, consiguió en un solo día batir todos los records de producción. También el Estado vigilaba los índices de producción, llegando a encarcelar a los responsables de las fábricas si no se cumplían los objetivos previstos.
El resultado de todo ello fue una invasión permanente del Estado de todos los rincones de la sociedad rusa, creando un clima de vigilancia constante, en aras del triunfo de la Revolución y el incremento de la productividad. La situación se agravó aun más con el asesinato de Kirov, secretario general del partido, en 1943, que dio lugar a una de las mayores y más sangrientas purgas del siglo XX.
En política exterior, temeroso de las ansias expansivas de Hitler por el este europeo, Stalin firmó con el dictador alemán un tratado de paz que implicaba dejar las manos libre a Hitler para iniciar su expansión, siempre y cuando no entrase en suelo soviético. El tratado, considerado ominoso por el resto de potencias europeas, es uno de los capítulos más controvertidos de la historia de la URSS, más aun cuando, tras la invasión de Polonia por Alemania y la subsiguiente declaración de guerra de Francia y Gran Bretaña, la Unión Soviética permaneció inalterable. La invasión de Rusia iniciada por Hitler en 1940 fue probablemente su mayor error táctico, pues significó la entrada en guerra de la URSS al lado de una Francia derrotada y una Inglaterra en muy mala situación. Además, el sagaz Stalin llevaba ya dos años preparando la posible invasión alemana, incrementando hasta el límite la fabricación de armamento y la preparación del Ejército Rojo.
Las consignas dadas desde la dirección del Estado, en forma de resistir al enemigo a cualquier precio, la política de tierra quemada propugnada por Stalin y la capacidad de aguante del pueblo ruso, todo ello, provocó que el avance alemán fuera lento y penoso, más aun comparándolo con los éxitos cosechados por la Blitzkrieg en los primeros momentos de la guerra. Kiev retardó el avance nazi seis semanas; Odessa lo hizo en ocho y Moscu rechazó en dos ocasiones la toma alemana. El tiempo, en la forma de "general Invierno", como había sucedido en la época de Napoleón, se aliaba con Rusia.
El contraataque soviético, a costa de millones de muertos, no se hizo esperar, desafiando a los hasta entonces ejércitos nazis. Hitler, por su parte, envió a lo más granado de sus tropas y armamento, perfilando un encuentro que sería decisivo en el curso de la Guerra: Stalingrado. En efecto, buscando aprovechar los yacimientos petrolíferos del Caúcaso, Hitler lanzó un poderoso ataque sobre Stalingrado, punto estratégico e importante enclave industrial, preparado por Stalin para una defensa a ultranza. Casa por casa se defendió la población, siendo destruidas las fábricas por los rusos antes de ser abandonadas al avance alemán. Las luchas se desarrollaron cruelmente hasta que el 19 de noviembre los rusos lanzaron un ataque en pinza que cercó a los alemanes y les causó miles de bajas. La rendición alemana en 1943 había dejado a 90.000 soldados vivos de un total de 300.000.
La victoria de Stalingrado dio fin al avance nazi y significó una referencia más que simbólica en el curso de la Guerra. El intento de invasión de Rusia no sólo costó a Hitler un costosísimo esfuerzo, sino que le obligó a desatender el flanco occidental, donde los aliados, ahora con apoyo de Estados Unidos, comenzaban a avanzar. El desembarco de Normandía dio, ya en 1944, inicio a una carrera entre los soviéticos y los aliados anglosajones por alcanzar Berlín lo antes posible, anticipando un mundo dividido en dos bloques, comunista y capitalista, que verá la luz a la finalización del conflicto. Efectivamente, tras la rendición alemana en mayo de 1945, Stalin se había asegurado su control sobre buena parte del este de Europa, ratificado en las conferencias de Yalta y Postdam celebradas con los aliados.
El "nuevo orden mundial" supone entonces un nuevo desafío para la Unión Soviética, pues parte con cierta desventaja frente al abanderado del capitalismo, los Estados Unidos, quienes ya poseen la bomba atómica, como demostraron en Hiroshima y Nagasaki. Da inicio así el período llamado "guerra fría", en el que ambas superpotencias pugnan por extender su ámbito de influencia a nivel mundial como si jugaran una partida de ajedrez en la que cada pieza fuera un país. La nivelación de ambos contendientes se produjo en 1949, cuando Stalin hizo probar la primera bomba nuclear. Desde entonces, la carrera de armamentos entre ambos contendientes no pararía hasta alcanzar cotas espectaculares, pero eso ya no será contemplado por Stalin, quien morirá en 1953.



Checa de la calle de Carniceros.



Situada en el colegio de los Escolapios, fue denominada preventorio número 1, dependiente del SIM. Pasó por esta checa el estudiante de Medicina y miembro de la Falange valenciana Francisco Aparici Mocholí, que el 18 de julio se adhirió al pronunciamiento militar. Asimismo fue enviado a esta checa el sacerdote escolapio José Antonio Puche, quien, tras ser detenido por los agentes del SIM, fue enviado al barco-prisión Rita Sister, atracado en el puerto de Valencia. De allí pasó, el 1 de junio de 1938, al preventorio número 1, donde permaneció hasta el 21 de enero de 1939 en que fue trasladado a la cárcel de Alicante. Durante el tiempo que permaneció en la checa celebró numerosas misas e incluso impartió ejercicios espirituales a los detenidos. Igualmente se encontraba el religioso franciscano Buenaventura Yagüe; el comerciante italiano Querubino Valsangiacomo; el empresario Fernando García Berlanga, hermano del que más tarde sería cineasta Luis García Berlanga; el periodista monárquico Andrés Revez, redactor del periódico.

La Checa (en ruso Cheka, ЧК - чрезвычáйная комиссия, Chrezvicháinaya Komissia) fue la primera de las organizaciones de policía secreta soviéticas, creada el 20 de diciembre de 1917 por Feliks Dzerzhinski. La checa soviética sucedió a la antigua ojrana zarista, de la que emuló su organización interna. Su cometido era «suprimir y liquidar», con amplísimos poderes y casi sin límite legal alguno, todo acto «contrarrevolucionario» o «desviacionista».

Por extensión, se denominaron checas a diversas policías políticas secretas que surgieron en otros países con posterioridad. En la España republicana, también recibieron el nombre de checas los locales que durante la guerra civil utilizaban organismos análogos (a menudo parapoliciales) para detener, interrogar y juzgar de forma sumarísima.
LAS CHEKAS EN ESPAÑA
En España hubo numerosas checas durante la Guerra Civil Española en la retaguardia republicana. Según la Causa General, organismo parajudicial franquista, en Madrid y alrededores hubo más de 226 checas funcionando durante la guerra civil.[4] Aparte de las que dependían directamente del Gobierno de la República –como las de las calles de Bellas Artes y Fomento 9–, cada partido político, ateneo, comité, sindicato u organización del Frente Popular disponía de la suya propia.

Son conocidos y demostrados los desmanes, abusos, violación de los derechos humanos y crímenes que se cometieron en estas checas durante la guerra civil. Ya que las sentencias dictadas en ellas carecían de apelación y eran de ejecución inmediata. Además en ellas se practicaban torturas con manuales soviéticos para desestabilizar al reo. En algunas ocasiones se le concedía la libertad al detenido, para apresarle y ejecutarle inmediatamente a la salida del recinto, lo que es conocido popularmente como "paseo".
LA MEMORIA HISTORICA
SEÑOR ZAPATERO
TODOS ERAN ESPAÑOLES
NO NOS MAMEN MAS GALLO
GUERRILLERO VALENCIANO

Ruega por nosotros

1 comentario:

Unknown dijo...

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