jueves, 13 de noviembre de 2008

MORIR POR EL REINO DE ESPAÑA



HOLA SEÑORES:





Ahora que se han celebrado las exequias por los militares españoles fallecidos en un atentado con coche bomba, bueno, en una acción militar de los talibanes; ahora que dos españoles no podrán estar más con sus familias y sus amigos por haber acudido, en una expedición de Paz a Afganistán, en representación de nuestro país y sus miserias, para ayudar a que Zapatero tenga una silla prestada (chaise) en Wasinghton.

Es ahora cuando podemos hablar del abismo moral que separa a los que viven contra la “puta” España, como la ministra de defensa y sus compañeros del PSC, también del PSOE –que se declaran Rubianes-, y los que mueren por nuestra patria, los que mueren por España, a pesar de las inmensas contradicciones que quieren atraparla.

Los que viven de chulearse en el poder y los que se dejan la vida para que ellos se sigan chuleando, a costa de todos los españoles. ¿Cómo se puede atrever a acudir a la recuperación de los cadáveres de nuestros compatriotas, alguien que hace poco asumía la "puta España" como una opción "simpática" -mírenla en la foto como se ríe con su vestidido verde y su canesú-?. ¿Y cómo puede aceptar el ejército a alguien que se cisca en la nación por la que ellos entregan sus vidas como su voz suprema?. Hay mucha mezquindad en estos hechos singulares, en los de unos y los de otros, o se me pasa algo.

Desde la comunidad de Ciudadanos en la Red, queremos expresar nuestras condolencias a los seres queridos de Rubén Alonso Ríos y Juan Andrés Suárez García y el deseo de recuperación para sus compañeros heridos, así como nuestro respeto por la “familia militar española” que han perdido a dos de sus miembros en la defensa de nuestra nación, en representación de todos los españoles.

Queridos compatriotas, la puta no es España, sino quien se vende, en cuerpo y alma, por un plato de lentejas, de eso saben mucho los políticos que tenemos en este país. España no está en venta, ni nunca lo estará, nadie puede comprarla por mucho que la abaraten, por mucha miseria a la que nos arrastren.

Morir, no es una estrategia política. Como decía Malraux: "una vida no vale nada, pero no hay nada que valga una vida". Y cuando se entrega una vida por la nación, la representación de todos los españoles reunidos, su valor se incrementa porque nos representa un poco a cada uno de todos nosotros, es la muerte de "alguien nuestro" que no sabíamos que estaba ahí para defendernos, son muertes que sirven para que todos sigamos viviendo tranquilamente, y pudiendo decir lo que pensamos y sentimos en libertad.

¡Honor a los patriotas¡
¡Desprecio a los enemigos de nuestra nación!
¡Viva España!

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