

Como aporte el colectivo de la Rinconada de Charallave en la Parroquia Santa Catalina Municipio Bermúdez queremos compartir un breve análisis de un hecho histórico el cual se suscitó en el año Pensando en la conveniencia de tomar a Caracas, Bolívar concibe la idea de atravesar el río Apure, pero no tiene las flecheras necesarias.
El 6 de febrero de 1818 expone su plan a Páez y éste le dice que puede contar con las embarcaciones españolas que estaban del otro lado del río. Al preguntarle Bolívar que cómo las tomaría, Páez le responde que lo hará con la caballería.
-¿Dónde está esa caballería de agua? Porque con la de tierra no se puede hacer tal milagro.Entonces, Páez escoge cincuenta de sus mejores lanceros de la Guardia de Honor, se lanzan a las aguas y nadando contra la corriente, con las lanzas en la boca, llegaron hasta las embarcaciones y las abordaron de inmediato, causando tal pánico entre los realistas que casi no pudieron defenderse y atemorizados hicieron algunos disparos abandonaron las embarcaciones y se arrojaron al agua para salvarse en la orilla opuesta.Este episodio, que presenció el Libertador lleno de asombro, se conoce con el nombre de Toma de las Flecheras, en el Paso del Diamante, este río tiene 700 metros de ancho en este punto.Pues el 15 de Febrero debemos saltar todas las inconveniencias (lluvia, colas, guarimbas) y manifestar nuestro voto por el SI que es el comienzo de la plena libertad política de esta Patria Bonita Revolucionaria y Socialista.
El tropel de la marcha de cambio social revolucionario se manifiesta en una clara y palpable explosión popular a lo largo y ancho de nuestro continente, incluso dentro de nuestro mayor y declarado enemigo, los Estados Unidos llegan algunas reminiscencias, donde en el mismo se oyen gritos y exigencias que sólo se manifestaban desde que los movimientos sociales del pasado reciente proclamaban y luchaban por los derechos civiles de los sectores sociales tradicionalmente excluidos: pobres, negros, indígenas, etc. Son otros tiempos los vividos en este arco iris pleno de diversidades de pueblos y de pluralidades de ideas que van conformando la sociedad y que a su vez van perfilando un movimiento social de renovación y de cambios que se asemejan en sus propósitos a los acontecidos en las guerras independentistas y des-colonizadoras del siglo XIX en el continente americano.
De mis acompañantes los animales y vegetales he aprendido la difícil técnica del mimetismo, del disfraz oportuno para engañar a la muerte que obedecía sin resistencia a los mandatos de los usurpadores. Desde ese mundo privado he contemplado la llegada maldita de tribus con la piel como el color de las nubes, con caras pobladas con pelos y que sus formas parecían a los remolinos de mis ríos. Hombres de otro mundo con extrañas vasijas en sus cabezas de una materia desconocida para mí, y que brillaba como la luna cuando se veía todo en la espesura de la selva mía y de todos. Con mi mirada verde contemplé y contemplo destrucciones de infinitos pueblos y de lugares que fueron verdes y que ahora desnudos y muertos se presentan al dios sol como un mero espectáculo difunto.
Muchas veces estuve tan cerca de lo que sucedía, que no se como no fui descubierto para sumarme a esa larga historia del asesinato de mis hermanos de bohío, de canoa, de pesca y de fiesta en la comuna. Muchas veces respiro y dudo de estar vivo, toco la materia viva para que me hable y me diga que aún estoy allí, y que no me he ido a la Koima, diosa y tierra de los pueblos que han muerto.
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